Tinta Distinta

Yo solo escribí y pasear cuando la noche esta en calma,
 sale de su escondite las salvas.
 Se busca de un pedazo de cielo que sea suyo
 cuando ya no queda sitio en el suelo entre tanto orgullo.
 Escapo, me convierto en frase y me desato, me derramo
 como el sol, sobre todo lo que amo, lo que amo...
 llevo cabalgando sobre el boli media vida mira,
 yo sigo tensándole las bridas
 . Soy un tipo humilde, mi alma es modesta,
 mi boca es libre y honesta.
 En esta vida yo quiero ser feliz por lo que resta
 de sobra ya que el tiempo siempre cobra lo que presta
 y que donde yo vivo habitan sueños y desvelos.
 Hombre sin nombre detrás de un vaso con hielo.
 La luna es un anzuelo para peces sin consuelo
 y las palabras son un mapa de las estrellas del cielo.
 Mucha ambición, poco talento,
 en este cuento siempre el mismo guion.
 Muchas palabras, poco argumento,
 le sobra rabia y les falta corazón. No, que no me vendas tus
 inventos, yo vivo contento aquí, la música es mi templo. Desde
 Sevilla hasta la ciudad del viento, lo siento, solo se cantar lo que
 yo siento.
 ¿No crees? que hablan más de lo que hacen ¿No ves? que juegan a
 engañarse, ¿no ves?, no no, ¿no crees? no, no, no, tienes que
 aprender a reconocer. Soy de la quinta que pinta amor eterno. Mi
 tinta es distinta deja en cinta los cuadernos. De una ciudad donde
 claudica los inviernos en el fuego y los besos que detrás de labios
 tiernos. Nadie me espera pero vuelvo a llegar tarde. Los sueños con
 (...) no saben hacer alardes pero mi tinta quema mientras la luna
 arde en el mar de los problemas donde lloran los cobardes. El humo me
 salva del aire que contamina me, me calma, me pone la piel del alma
 de gallina. Mi boca va cantando mientras mi voz desafina pero el
 corazón no falla cuando opina. Así mi rima es viento, una flor
 crecida en el cemento, contento de ser libre de momento. Vivo al
 revés y nunca escondo lo que siento. No soy más de lo que ves, lo
 mismo fuera que por dentro. Mucha ambición, poco talento, en este
 cuento siempre el mismo guión. Muchas palabras, poco argumento, le
 sobra rabia y les falta corazón. No, que no me vendas tus inventos,
 yo vivo contento aquí, la música es mi templo. Desde Sevilla hasta la
 ciudad del viento, lo siento, yo solo se cantar lo que yo siento
 ¿No crees? que hablan más de lo que hacen ¿No ves? que juegan a
 engañarse, ¿no ves?, no no, ¿no crees? no, no, no, tienes que aprender a reconocer.