El Empresario

Siento que a veces no pertenezco al ambiente en que vivo
 Tengo metas por cumplir, pero ya tantas he cumplido
 Los lujos son necesarios, no es por ser materialista
 Son cómo un recordatorio y otra tacha de mi lista
 En Modesto me conocen y saben que he sido humilde
 Pero también cuidadoso, que la envidia es invisible
 Por "Carmona", así me dicen, hombre serio y accesible
 Los negocios y yo somos cien por ciento compatibles
 Hay amigos que se alegran, que me vieron del inicio
 Hay otros que ya ni me hablan porque no tengo ni un vicio
 Pero creo que sí lo tengo y es engrandecer mi oficio
 Voy con todo por mis metas y las cosas que codicio
 Reservado me mantengo y alejado del bullicio
 Tomo decisiones propias y siempre ando en sano juicio
 Ruleteandole temprano, multiplico el beneficio
 Asegurándome que marchen al cien mis edificios
 Soy raza con la raza
 De confianza es
 Con quién brindo y me han de ver
 La meta es alta
 Lo que falta es
 Porque sí que le atoré
 Y como de costumbre
 Pura lumbre, ¿o qué no, mi compa Adrián?
 Puro Recluta
 ¡Uh-ya!
 Tengo mente de empresario, pero no nomás la mente
 Mi portafolio es extenso y con el tiempo crece y crece
 Y ya pasamos de todo, las batallas no nos vencen
 Me compraré otro buen carro, ya será en cuestión de meses
 Por lo tanto, ahorita es que hago todo lo que me parece
 No me meto en los asuntos que a mí no me pertenecen
 Siempre me alejo unos días, si es que al cuerpo se le ofrece
 Agarro vuelo por las nubes para que me desestrese
 En el trabajo ando atento y es mi preferido espacio
 Pero es con familia en casa donde tengo mi palacio
 Las críticas de la gente nunca invaden en mi espacio
 Los consejos de mi dama es lo único que le hago caso
 Terminé la relación que yo forme con el fracaso
 Un tiempo fuimos amigos, pero le he perdido el paso
 No puedo decir que siempre son de amigos los abrazos
 Y a la vida, como siempre, le hecho firme los chingazos
 Soy raza con la raza
 De confianza es
 Con quién brindo y me han de ver
 La meta es alta
 Lo que falta es
 Porque sí que le atoré