Por Pensar Le Dio al Hombre

El día que murió ella, el alba tardó en llegar
 No quería despertar
 Por no ver magna tragedia
 El día que murió ella, no peinó olas el mar
 Ningún pico echó a volar
 Ni rugieron las fieras
 El día que murió ella, por pensar le dio al hombre
 Por pensar
 Por pensar y, desde entonces, con el equilibrio juega
 Sin pensar
 El día que murió ella, encogió el firmamento
 No se oyó silbar al viento
 No hubo rayos ni tormentas
 El día que murió ella, enmudecieron los ríos
 El rumor sufrió un vajío
 El agua se quedó quieta
 El día que murió ella, todo el cielo era dolor
 No pintó ningún color, excepto el de la tristeza
 Excepto el de la tristeza, excepto el de la tristeza
 Excepto el de la tristeza
 El día en que murió ella
 No doblaron las campanas
 No hubo misa ni sepelio
 Ni el diablo con sotana
 Echando un sermón eterno
 En memoria de su alma
 El día que murió ella, por pensar le dio al hombre
 Por pensar
 Por pensar y, desde entonces, con el equilibrio juega
 Sin pensar
 Por pensar
 Sin pensar
 El día que murió ella, las estrellas sí salieron
 Solo que iban de negro
 Para que naide las viera
 Para que naide las viera llorar mares por sus ojos
 Ni cómo crecía en sus rostros
 La flor que huele a pena
 El día que murió ella, el sol no abrazó a la luna
 Lloraron los dos a oscuras
 Por tanta hermosura muerta
 El día que murió ella, naide pronunció su nombre
 A lo suyo, sucia o noble
 A lo suyo iba la lengua
 El día que murió ella, todo el cielo era dolor
 No pintó ningún color, excepto el de la
 Tristeza
 El día que murió ella, el hombre arrancó un árbol
 Era el mismo al que subió y del que acabó bajando
 El día que murió ella, naide pronunció su nombre
 Se llamaba Tierra
 Se llamaba Tierra
 Se llamaba Tierra
 Nuestra madre se llamaba Tierra, Tierra